Aprender a nadar – una destreza esencial y necesaria
Aprender a nadar debe de ser una prioridad para todas las familias. Esta destreza juega un papel de vital importancia para evitar y prevenir posibles ahogamientos, siendo éstos una de las causas principales de muerte entre los niños.
Si nos preguntamos cual es la edad aconsejable para comenzar a aprender a nadar, tenemos que entender que los niños tienen ritmos distintos y no todos están preparados a una edad concreta. Hay bebés, niños que tienen confianza para comenzar desde que tienen meses de edad y otros que necesitan mucho más tiempo.
Si nos basamos en los consejos que ofrece la American Academy of Pediatrics (AAP), su recomendación es que el aprendizaje comience a partir del año de edad.
Si nos preguntamos si es recomendable que los bebés pueden tomar clases de natación, la respuesta es que no, si bien es muy distinto en el caso de que los padres y su bebé se inscriban conjuntamente en clases para que el bebé comience a sentirse cómodo en el agua.
Las clases en las que padres y niños interactúan ofrecen además un beneficio añadido creando vínculos familiares y siendo un momento de disfrute único del niño y progenitor.
A partir del año, será cuando ya estén listos para aprender aprender a flotar, chapotear y patear el agua, evitando que le cojan miedo al agua.
Será a partir de los cuatro años cuando los niños ya están listos para comenzar con las clases de natación y podrán aprender a avanzar y buscar puntos de salida.
Hay que tener en cuenta que las clases de natación no logran que los niños sean infalibles contra ahogamientos y es por ello que es imprescindible que siempre estén acompañados de un adulto en el momento de bañarse o cuando están próximos a cualquier superficie con agua.
Los menores deben contar de manera continúa de la supervisión de adultos.